martes, 18 de diciembre de 2007

Presentaciones

Primera página de este diario virtual, en el que trataré, con la mayor frecuencia posible, de ir escribiendo sobre lo que me rodea.
Por el título bien se pudiera pensar que es un blog sólo dedicado a la literatura, pero no es así. Dicho título simplemente refleja un estado de ánimo interno.

En este espacio comentaré cosas que me hayan llamado la atención o que me pasen, si bien es cierto que la creación del blog en este momento es debida a un cambio importante en mi vida. En breve publicaré mi primera novela y pondré en marcha mi página web. Es por ello que, dado que pienso mantener el máximo contacto posible con aquellos que me lean, quiero darles un lugar donde puedan (casi) saber cómo me siento, y puedan opinar o argumentar sobre cada uno de los temas que aquí trate.

Pero ésta, como ya he dicho, es mi primera entrada, o sea que lo lógico es presentarme. Mi nombre es Jesús Francisco Alonso, aunque todos me conocen por Jesús. No se me da bien hablar de mí, pero trataré de haceros una idea aproximada de cómo soy.

Me considero una persona callada, reflexiva y observadora. Si fuese un animal sería un buho, pues, sobre todo cuando me hallo rodeado de personas, prefiero observar y escuchar a hablar. Me encanta observar a las personas, sus gestos, sus expresiones, y en general cada uno de sus actos que hacen que conozcas más a la persona en sí. Creo que vivimos en un mundo en el que a todos nos gusta hablar y que nos iluminen los focos. Pero ya lo dijo Michael Ende en su obra "Momo", falta gente que sepa escuchar. Personalmente me considero de los de este bando.

No todo es bueno, claro. Entre mis principales (y muchos) defectos, se halla el egoísmo. A veces confronta directamente con el de los demás, y tiendo a sentirme superior en esos momentos, pero prometo que estoy tratando de cambiarlo, el primer paso para eliminar o minimizar un defecto es ser consciente de él, y eso ya lo he conseguido. ¡Ah!, y en honor a mi novia también debo resaltar que soy bastante desastre y caótico, que si no lo digo seguro que lo dirá ella, je, je.

Novia. Desde hace algo más de cuatro años mi corazón pertenece a una catalanita de metro cincuenta (y cuatro) llamada Iolanda. Creo que podría decir maravillas de ella, pero también quedaría bastante ñoño, así que prefiero decir simplemente que es ella el centro de mi caos, es quien afianza los pilares y me retiene en el suelo, yo que soy tan propenso a volar y dispersarme. Es, en definitiva, la persona que me completa, es mi Torre Oscura (los que hayan leído a Stephen King sabrán de lo que hablo), y por tal no concibo mi vida sin ella.

Tengo también a mis padres y a mis dos hermanos, Ignacio y Marta, además de un nutrido grupo de familiares. Ya hablaré más de todos ellos, pero con tiempo, que somos un poco complicados.

Actualmente trabajo en un Hotel, soy el subdirector, y de momento me va bien, aunque ya empiezo a echar de menos la vida normal, el poder estar un fin de semana en casa tranquilamente (aunque luego tenga que meterme a comprar en el Alcampo, hecho que odio, de ésto hablaré otro día). Sobre todo porque Iolanda se dedica a lo mismo y la mayoría de las semanas no coincidimos en días libres.

Pasemos al apartado de gustos y aficiones. La primera es viajar. Como ya he dicho me encanta observar a la gente, y descubrir, y por ello nada mejor que salir de casa para ver otros tipos de vida. Hay veces que me quedo mirando una ventana de un edificio y trato de imaginar cómo es la vida de la gente que vive ahí. Pues bien, viajando encuentro además la posibilidad de conocer otras costumbres y otras formas de vida, lo cual enriquece la mía, dicho sea de paso. La semana pasada he vuelto de Amsterdam, creo que la siguiente entrada estará dedicada a esa ciudad.

Otra de mis aficiones es la música, heterogénea y variada, es decir, de todo. Tan pronto tengo a Rosana como la banda sonora de "El Fantasma de la Opera", para a la media hora estar berreando al ritmo de Shakira. Antes me iba mucho más lo comercial, pero desde que Iolanda está en mi vida voy dando oportunidad a otro tipo de grupos como Los Enemigos, por ejemplo, así como a la música catalana (recomiendo a Els Pets, muy comerciales pero con muy buen pop).

Y llegamos a mi principal afición (ya oigo por ahí a Iolanda o a mi madre gritando ¡los videojuegos, los videojuegos!, pero no. Me gustan, pero no hasta tal punto). Como habréis podido adivinar se trata de la escritura, y claro, a la lectura. Empecé a leer con tres años, y siempre me acuerdo de mi madre diciéndome que cuando íbamos a casa de alguien era un gusto de niño porque cogía un libro, me ponía en un sillón y así podía tirarme horas. Por eso luego a conttinuación ella siempre cuenta que quería un niño revoltoso y claro, así salió Ignacio. Pero a lo que iba (¿veis cuando digo que me disperso?). Siempre me encantó el hecho de abrir un libro y trasladarma al mundo que me refleja. Hay libros que me he leído cinco o seis veces, y que de vez en cuando aún sigo retomando, aunque sea para recordar un capítulo, simplemente. Si tengo que resaltar a mis escritores favoritos, serían Alejandro Dumas, Stephen King y Shakespeare. Muchas veces, cuando voy en el autobus, y siempre con mi libro en la mano, observo al resto de personas, y me da pena, porque ni dios lee, y el que lo hace en la mayoría de las veces es el Marca o la Superpop. Me da pena, porque hay muchos mundos que explorar, y poca ansia por hacerlo. Preferimos el cine o la tele, que nos dan todo hecho, y con ello perdemos poco a poco la capacidad de imaginar. La Emperatriz Infantil, en su Torre de Marfil, debe estarse revolviendo inquieta. No obstante también hablaré de esto más adelante.

Debido a mi afición a leer, un día, con dieciocho años, sentí una burbuja que ascendía del interior de mi mente, y en ella estaba encerrada una historia. Esa historia se llamaba "Eclipse en la Arruzafa", y en cuestión de tres horas escasas la saqué de su encierro y la trasladé al papel. Años después gané un concurso de relatos con aquel primer cuento que escribí hace ya diez años. Pues bien, ese día me sumergí en el lugar de donde había surgido aquella burbuja, y vi en el fondo muchas más. Entonces no supe lo que significaba, aunque inconscientemente mi raciocinio sí que lo entendió. Y de repente, hace cosa de tres años, por fin lo entendí. Supe que nunca podría buscar las historias, sino que ellas me buscarían a mí, que se prepararían allí, al fondo, y que cuando estuviesen listas surgirían. Por ello tengo períodos de extrema actividad, y luego descansos a veces incluso de meses.

Desde entonces he escrito varios cuentos, que algún día recogeré en un volúmen, y escribí una novela que ahora voy a publicar, si las cosas no se tuercen, con la editorial Letraclara. Esta novela, "Neogen", es la primera parte de una tetralogía cuyo segundo volumen estoy abarcando ahora. También hablaré de ello más adelante.

De hecho hablaré de muchas más cosas, pero no hoy, pues se hace tarde.

Hasta pronto,

J.